Posteado por: cervanteschicago | octubre 19, 2008

Juan Villoro en el Cervantes

Luis Alejandro Ordóñez

Hace un par de años, escuché en Caracas a Juan Villoro en una conferencia sobre las ciudades de hoy como una especie de realidad inabarcable, donde el reto que los ciudadanos y los decisores públicos enfrentan es dominar esa realidad no en el espacio sino en el tiempo. Porque recorrer Caracas de punta a punta, a pesar de que es una ciudad pequeña, puede tomar entre dos y cuatro horas debido al caótico estado del tráfico; un recorrido promedio por el Chicagoland es de una hora; y circular por la Ciudad de México resulta tan difícil, tan duro, tan inaguantable que puede terminar convirtiéndose en el objeto del trabajo intelectual y de la obra de una persona, como es el caso del propio Villoro.

La Ciudad de México aparece, por ejemplo, en El Disparo de Argón, como un océano que mantiene encerrados a sus habitantes, condenándolos a una especie de agorafobia, a decir que el barrio donde viven limita al norte con el DF, al sur con el DF, al este con el DF y al oeste con el DF. En la conferencia que asistí, Villoro habló de cómo una ciudad va dibujándonos o desdibujándonos, formándonos o deformándonos, de cómo la conocemos, la reconocemos o la desconocemos y de cómo la vivimos o la sufrimos al tener que recorrerla día a día por el entramado de sus calles, autopistas, líneas férreas o de veredas informales.

Este martes, en el Instituto Cervantes de Chicago, Villoro nos ofrecerá un nuevo recorrido por los espacios urbanos, que seguro nos sorprenderá por su mirada lúcida y atenta. Nos vemos ahí.


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